lunes, 7 de octubre de 2013

Muchas Gracias a la escritora y artista Uruguaya.

Mirta S. Kweksilber   

Gracias por los aportes a nuestro Blog

Hojas en la pared

Recorrió con la vista esas hojas de cuadritos desiguales, letra pequeña, números torcidos por cruces tachados. Pediría más hojas y engrudo, para seguir con esa contabilidad de ábaco plano, estampado de suma, regresión y memoria.
Trataría, que en las hojas por llegar, pudiese trazar coordenadas mejor logradas. De pulso más entrenado, de cruces parejitas y espacio generoso para letras holgadas.
No arrancaría las hojas de cruces vencidas: de pura pasión y castigo- paseo en blanco y negro- para sus ojos cada día.
-II-
¡Buena gente, su patrón! Le adelantó la hora de salida en su empleo en la curtiembre, en la víspera de ese asueto de fin de año. Ese año, que daría paso al que ahora terminaba- con la cruz que acababa de cegar este 31 de diciembre.
Miró el reloj. Salió como loco hacia la estación. Tendría tiempo para alcanzar el tren de camino a ese pueblo suyo, en la mitad de la nada.
El traqueteo de la máquina a vapor fue calmando su corazón ardiente y se durmió, agotado de lanares hediondos y trincheta eficaz de recorte, en su mano diestra, certera y callosa. A su regreso, debería cambiarla. A fuerza de recortes sin fin, el filo agonizaba.
Cuando el sol despedía el año, la luna le saludaba, de ancla soltada en el cielo, redonda como una galleta.
José Luis caminó la última legua hacia ese destino ansiado. El horizonte campero, siempre quedaba más lejos. Nada lo interrumpía. Vislumbró un ñandú atrasado, de corrida torpe. Pronto desapareció, tragado por ese horizonte sin tranqueras.
-II-
Abrió la puerta despacito. Nada de ruido. Aparición a pura sorpresa sería. Y lo fue.
La cocina estaba quieta. El fogón dormido. La mesa desmemoriada de platos y mantel.
Dos copas de vino a medio gastar y una botella cómplice de corcho abandonado de respeto, purgaba su vergüenza sobre el piso rústico.
José Luis avanzó hacia la pieza nupcial- de cama de resortes y colchón de estopa- acolchado de plumas para el invierno y sábanas empujadas de verano.
Descorrió la cortina de ingreso.
Camila se incorporó dentro del lecho nupcial. Se cubrió el pudor de zarpazo tardío de sábana de acordeón. A su lado Francisco, lo miró aterrado. No le alcanzaron sus manos para vestirse.
Un fuego desconocido talló de geografías- trincheta desafilada- a esa esposa necia, distraída, de almanaque viejo, días errados, año de otros días. ¡Y eso que él le había dicho que tirase ese almanaque del año anterior!
Condena leve. Solidaridad de pueblo perdido.Condena tallada de vergüenza, de trincheta desafilada. 
-III-
¡Buenas noticias, muchacho!- el comisario le regaló una sonrisa de palabras silbadas a pura discreción de dientes
-¡Mire!- le dijo, moviendo una hoja en el aire.- ¡Acá tengo su pasaje!
-¿Pasaje? ¿Qué dice don Carlos?- José Luis preguntó.
-¡Que está libre! ¡Mire si tendrá suerte! No a cualquiera se le abren las rejas ¡Justo un 31 de diciembre! ¡Junte sus cosas! Se puede ir.
José Luis pensó un instante y le preguntó a don Carlos:
-¿Me puedo llevar las hojas de la pared?
-¿Esas hojas tachadas?- el comisario se quiso cerciorar.
-Sí, ésas- José Luis las señaló apenas con su mirada.
-Por mí…- don Carlos se encogió de hombros.
Y José Luis, afecto a poco hablar, le aclaró: “Es un almanaque. El de este año. El que hoy termina”.
-Pero muchacho- el comisario le explicó- ¿A quién se le ocurre conservar un almanaque vencido? ¡Sólo sirve para confundir!
¡Hágame caso! ¡Tire esa porquería!- y le extendió un rollito de papel blanco, apretado con una gomita.
-Agarre hijo. Acá tiene un almanaque del año nuevo. Y hoy, despídase del año viejo como corresponde.
Don Carlos metió su mano en el bolsillo.
-Tenga, muchacho. Son unos pesitos nomás. Vaya a “La Flor del Trébol”. Hoy hay baile, copas, buena gente y mejor precio.
-Cuando sean las 12, llene su copa de Esperanza hasta que desborde y ¡Brinde!
-Ah, y por si no lo veo…¡Feliz Año Nuevo!

Biografía.


Mirta S. Kweksilber. Uruguaya. 1953.
1982- Autora del “Himno de las Voluntarias” (letra y música) – para Damas Rosadas - del Hospital de Clínicas del Uruguay.
1985- Fundadora del Grupo Aviv “Aleluya” de la Federación Wizo Uruguay
1987- Primer Premio Concurso Literario Golda Meir: “Cuento Corto”- Federación Wizo Uruguay.
1988- Breves colaboraciones en el Diario “El País” de Uruguay con las columnas costumbristas “Buenos días Uruguay”
1989-Presentación del libro: “El Mundo que Fue”. Relatos de humor y nostalgia de raíz judía. en Montevideo, Uruguay. Auspicio: Ministerio de Educación y Cultura.
Edición y distribución: Editorial Milá. Amia Argentina.
1995- Fundación Rally – Punta del Este adquiere varias obras pictóricas de su autoría. Técnica: Tinta negra sobre cartulina.
2012- 2013- Columnista de Diario Judio.com Publicación Digital de México y para el mundo. Nombre genérico de las columnas: “Fabricantes de sueños”. Frecuencia de las columnas: semanales.
Colaboraciones diversas en revistas culturales, semanarios y sitios digitales.

Un  gran aporte de la escritora y artista Uruguaya.

Mirta S. Kweksilber

¡¡¡Muchas Gracias!!!      

"Los brevísimos -4-” Cuentitos
 
INÚTIL
 
¡Muy feo dibujo!
¡Muy fea casa!
¡Muy mala nota!
Iván miró altivo a esa maestra, tiza resentida:
-“Si la piensa demoler con su nota…
¿A qué hacerla hermosa?”
Fin



SEGURIDAD
 
 La casa no tenía ventanas.
Sólo puertas.
De entrada y de salida. De visitas y cobradores.
De mascotas y de ratones.
Hasta puertas dibujadas tenía.
A la casa nunca entraron ladrones:
Sería difícil elegir por dónde entrar y muy confuso, en la urgencia, por dónde escapar.
Fin


ESCLAVO
 
Intuición maldita la mía.
Te robó la muerte digna- que mi impertinencia ahuyentó- y me condenó a ser tu vigía y esclavo.
Fin
 

ERROR
 

Eran dos gotas de agua: idénticas.
Casaron con dos gotas de agua: idénticos.
De pura confusión, en los lechos se mezclaron.
Parieron al unísono seres diferentes.
¡Qué error!
Donarían esas gotas desprolijas hasta la siguiente parición. 
Fin